Pancakes & Waffles

Somos unas estudiantes erasmus atípicas: nos quedamos en casa estudiando sin salir, no comemos pasta más que una o dos veces por semana, nuestra casa está mas limpia que cuando nos la alquilaron y nos encanta cocinar.

A mí lo que más me gusta cocinar, de siempre, son postres, así que dado que el horno no sirve para hacer galletas -lo que supone una gran frustación- solo me puedo dedicar a las tortitas, y los gofres!!!

El lunes tengo el primer examen en portugués, oral y de Anatomía patológica.... y yo haciendo dulces!!! :S

El que quiera probarlos: Rua professor prado coelho...... Lisboa :D

En la lucha del hombre contra la lluvia, sólo hay un perdedor...

El paraguas!

Por favor, queridos lectores de Lisboa y cualquier rincón del mundo: si se os rompe un paraguas por el temporal, no lo tiréis en la acera, el césped, o los jardines. Ellos no lo harían! (y será mucho más fácil andar sin tropezarte con ellos...)

Ha estado lloviendo desde que llegué. El martes me costó mucho trabajo llegar sana al hospital. La hazaña me supuso pasarme el día mojada, porque aquí llueve a remolinos, y la única forma de ir seca, sería plastificarme la ropa (y dudo mucho que fuera cómodo).

Y como no todo es eterno, hoy por fin, ha salido el sol, y he podido ver mi sombra de nuevo!

Pero han debido pensar que lo bueno, si breve, dos veces bueno, así que para el Viernes, Sábado, Lunes y Martes el pronóstico es: Lluvia. Mis botas de agua son la mejor inversión erasmus sin duda.

Y luego me pregunto por qué los médicos me miran los ojos para ver si tengo anemia....

(De paso, podéis apreciar el maravilloso suelo que recubre CADA RINCÓN de ésta ciudad, que es la causa de que en rebajas tengan miles de tacones en las tiendas a precio de risa...)

De vuelta en Lusitania!

Las vacaciones se pasan volando, sobre todo si estás con la gente que te quiere y a la que quieres. Sin darme cuenta, han pasado tres semanas, y estoy de nuevo en el país vecino (que no cercano a Murcia).

Por primera vez desde que recuerde, mis vuelos fueron bien: ni retrasos, ni olvidos, ni temporales que hacen que mis comandantes tengan las horas de vuelo cumplidas, todo en orden y con puntualidad.

Llegué el domingo, y está lloviendo desde entonces, pero de eso, ya hablaré en la siguiente entrada, que será con documento gráfico.

Quedan por delante meses (espero que un poco más soleados) de prácticas, exámenes, morriña, nervios, y demás, pero todo tendrá su recompensa!!!

*Foto de mi edificio, en uno de esos bonitos días de verano.